La preocupación inocupada

Como en la sabiduría de los dichos populares en algunas citas se hayan indicios o pinceladas de verdad. Este es el caso de un proverbio chino que reza tal que así:

 

Proverbio chino

 

Esto es así en la gran mayoría de las situaciones, sin embargo ¿por qué actuamos a la inversa?, si realmente la pre-ocupación no soluciona ninguno de los problemas, ¿por qué seguimos dándole vueltas y vueltas a ese tiovivo enfermizo?. La respuesta a esas preguntas quizá sea la manera de analizar y pensar en términos racionales o en su defecto irracionales. Si un problema se nos presenta y no buscamos solución, nos quedamos en la indecisión o nos atenaza el miedo, difícilmente pongamos en marcha mecanismos de solución de problemas. Por definición el hecho de entrar en acción nos genera un sentimiento de mayor control de los acontecimientos y la sensación de estar haciendo lo necesario para solucionar lo que sea que nos angustia. Ocurre en todas las edades y condiciones este tipo de fenómeno psicológico, si bien es cierto, que las personas con características de índole proactivo en la búsqueda de soluciones se encuentran de alguna manera “vacunados” contra este virus de la preocupación. Cuándo nos encontramos con una situación nueva, o difícil, es normal que aparezcan dudas, miedos y esto haga que nos cueste entrar en acción. De alguna manera el hecho de estar preocupándonos hace que pensemos que le estamos dedicando un tiempo a lo que nos preocupa y que por lo tanto estamos haciendo bien. Estas son algunas de las pautas que conviene tener en cuenta en este tipo de situaciones:

  •    Hazte la siguiente pregunta; ¿qué estoy haciendo para solucionar el problema?.
  • Si la respuesta es nada, dedica un tiempo a realizar un plan de acción, con objetivos generales y otros específicos, y con su respectiva temporalización.
  • ¿Estoy pensando en términos catastróficos?, si la respuesta es positiva, realiza un trabajo de control de esos pensamientos y busca indicios objetivos que desmonten esos planteamientos irracionales.
  • Practica la “detención de pensamiento”, busca alguna palabra a modo de mantra (basta, stop, ya), que haga que dejes de pensar en ese momento en lo que te preocupa.
  • Busca la manera de distraerte.

En la realidad de las situaciones cuando una persona se encuentra preocupándose por algo su pensamiento se proyecta a un futuro hipotético, al igual que la persona que se encuentra recriminándose por algo que ocurrió o doliéndose por alguna pérdida su pensamiento se proyecta al pasado. La experiencia nos dice que la mejor manera de aprovechar las experiencias y en definitiva, el tiempo de que disponemos, es intentar centrarnos en vivir el presente que es aquello con lo que únicamente podemos tratar.