¿QUE SON LAS HABILIDADES SOCIALES?

Hoy en día hemos escuchado el término habilidades sociales en distintos lugares y conversaciones. ¿Pero sabemos realmente de lo que estamos hablando? En este artículo intentaremos conocer un poco mejor este concepto y como nos puede ayudar en nuestra vida.

Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que la persona va adquiriendo a lo largo de toda su vida. Esto implica que son habilidades que vamos aprendiendo y mejorando a medida que vamos creciendo, no vienen determinadas cuando nacemos, si no que se pueden adquirir y mejorar por medio de entrenamiento.

Las habilidades sociales son importantes porque el ser humano somos seres sociales por naturaleza, que necesitamos desenvolvernos en contextos sociales. Es decir, es muy probable que el ser humano no hubiera sobrevivido si no hubiera sido en sociedad. Por tanto,  tener dificultades en las habilidades sociales nos puede llevar a situaciones de rechazo con los demás, aislamiento e insatisfacción en la propia forma de actuar. Además, cuando la persona presenta estas carencias utiliza estrategias menos adaptativas para resolver problemas.  En cambio cuando aprendemos o entrenamos habilidades sociales nos llevan a relacionarnos de forma apropiada con otras personas, supone una mayor aceptación, mayor rendimiento académico,  mejora de la autoestima y en muchos casos se utiliza como estrategia de tratamiento, ya que aumenta la  posibilidad de superar determinados trastornos.

Entre las funciones que podemos encontrar en las habilidades sociales podemos destacar que actúan como reforzadores positivos en situaciones de interacción, mejoran las relaciones interpersonales, favorecen la disminución del estrés y ansiedad y mejora y mantiene la autoestima y autoconocimiento.

¿Pero cuáles serían estas habilidades realmente? Dentro de las habilidades sociales podemos encontrar diferentes clasificaciones. Podemos clasificar como habilidades básicas aquellas habilidades de comunicación como saber escuchar, iniciar/ mantener una conversación, formular preguntas, dar las gracias, presentarse, saber decir que no… y por otra parte como habilidades sociales complejas tendríamos la empatía (habilidad para comprender lo que piensan y sienten los demás), la asertividad (competencia para expresar lo que se piensa o siente de forma adaptativa)  y la inteligencia emocional (es fundamental para gestionar y expresar las emociones que sentimos ya sean agradables o desagradables) entre otras…

Pero no podemos seguir hablando de habilidades sociales sin mencionar la comunicación, elemento fundamental. No obstante podemos distinguir tres componentes:

  • Componente verbal: es el contenido del mensaje
  • Componente no verbal: es lo que se hace al tiempo que se expresa el mensaje (expresión facial, mirada, sonrisa, postura corporal, gestos, proximidad, apariencia personal)
  • Componente paralingüísticos: es como se dice el mensaje (el volumen, la fluidez y la velocidad)

Debemos tener estos componentes en cuenta, ya que se considera que en una conversación cara a cara el componente verbal transmite el 35% de la información y los componentes no verbales y paralingüísticos el 65% de la información.

Pero a la hora de  mantener una conversación ¿qué estilos de comunicación podemos tener? ¿Y cuáles de estos sería  el más adaptativo?

Estilo Pasivo/sumiso

Una persona se comporta de manera pasiva o sumisa cuando no es capaz de expresar sus sentimientos, opiniones, necesidades, deseos o derechos, o bien lo hace con escasa confianza y seguridad, lo que puede dar lugar a que se aprovechen de él o ella. Así, deja que los demás le manden y le digan lo que tiene que hacer, aunque estas peticiones sean abusivas.

Las personas con este estilo se sienten incomprendidos y manipulados, lo cual conduce a una baja autoestima, ansiedad y sentimientos de culpa.

Estilo Agresivo

En el otro extremo se encuentran las personas que son agresivas. Expresan sus deseos, sentimientos, necesidades, derechos y opiniones, pero de forma injusta, inapropiada y sin respetar los derechos de la otra persona.

Con este estilo se obtienen resultados positivos a corto plazo porque consiguen, inmediatamente, los objetivos planteados, pero también obtienen resultados negativos, ya que pierden el control y se tensionan excesivamente, lo que conduce a la aparición de conflictos con las otras personas y al rechazo de éstas.

Estilo Habilidoso/asertivo

En el punto medio encontramos a las personas que expresan sus opiniones, deseos, necesidad y sentimientos y defiende sus derechos sin ofender a los demás.  No se aprovechan de las personas, aunque tampoco deja que abusen de él/ ella. Ser hábil o asertivo supone comunicarse de manera correcta, educada, sincera y directa. Hablan con un volumen de voz ni muy bajo ni muy fuerte.  Miran a la cara de las personas cuando hablan o les hablan, aunque no fijamente, adoptan una postura natural, a veces sonríen y hacen gestos con la cara para corroborar lo que están diciendo.

Se sienten seguros y satisfechos consigo mismos, lo que conduce a una elevada autoestima, bienestar y felicidad.

Como ya hemos mencionado las habilidades sociales son una serie de conductas que podemos ir desarrollando en nuestra vida y nos van a ir proporcionando una serie de beneficios. Para todo ello el conocimiento y el entrenamiento en ellas va a ser una parte esencial para mantener unas relaciones sociales saludables.

Paula Luis Castelló
Psicóloga General Sanitaria

EXPOSICIÓN A LAS PANTALLAS Y A INTERNET

Actualmente, en pleno siglo 21, las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) son herramientas indispensables en nuestras vidas y nos proporcionan muchos beneficios. Gracias al uso de las tecnologías y de las pantallas hemos logrado seguir compartiendo con nuestros familiares y amigos en los momentos tan difíciles de pandemia que hemos vivido y nos hemos dado cuenta de lo útiles que pueden llegar a ser. Pero, desde este momento hemos incrementado el tiempo de uso de estas y las interacciones que teníamos de forma presencial, ahora muchas son a través de la pantalla.

El buen uso de Internet y las tecnologías tienen numerosas ventajas, pero cuando se realiza un abuso o un uso inadecuado de ellas, nos puede llevar a que surjan los inconvenientes. Las TIC tienen un alto atractivo sobre todo para los adolescentes, ya que se puede interactuar en todo momento con otras personas, se reciben respuestas inmediatas y se pueden hacer numerosas actividades. Por ello, hay un alto grado del uso en estas edades.

USO Y ABUSO

Es importante distinguir entre los dos conceptos nombrados anteriormente: USO y ABUSO.

  • USO: Es la utilización casi nunca continuada de la actividad y que se hace de tanto en tanto, se suspende su consumo cuando se quiere y no produce consecuencias negativas (problemas de salud, sociales, etc.)
  • ABUSO: Es la utilización continuada, voluntaria e inadecuada. No se ha perdido el control totalmente. Deteriora el funcionamiento personal o social, ya que puede provocar aislamiento, problemas de ansiedad, afectación de la autoestima, obesidad. Uno de los riesgos altamente importantes del abuso es la adicción.

El uso y abuso de las TIC y de internet se relaciona con variables psicosociales como es la vulnerabilidad psicológica de la persona, que depende de ciertas características de personalidad o estados emocionales y los factores ambientales, como pueden ser factores estresantes y el apoyo familiar y social.

ADICCIÓN

No todos los trastornos adictivos son iguales, pero si comparten ciertos aspectos comunes. La adicción se caracteriza por la pérdida de control y la dependencia y comparte algunas características con la adicción inducida por sustancias, como puede ser la tolerancia, el síndrome de abstinencia, los autoengaños y engaños a otras personas, abandono o pérdida de interés de otras actividades.

  • La tolerancia: se produce una disminución del efecto placentero por lo que aparece la necesidad de aumentar la duración, la intensidad y la frecuencia de la conducta adictivapara conseguir el mismo efecto que al principio.
  • El síndrome de abstinencia: aparece cuando no pueden realizar la conducta adictiva. Es un profundo malestar emocional.
  • Autoengaños y engaños a otras personas: “puedo dejarlo cuando quiera”, “no tengo problema, lo uso lo normal”, “llevo unos días sin conectarme”.

ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN

La responsabilidad en el uso de las TIC es importante que se tenga presente, tanto por parte de los adolescentes, como por parte de los padres. Los padres y los educadores deben enseñar a sus hijos a limitar el uso de las tecnologías, a desarrollar estrategias alternativas para poder disminuir el tiempo que pasan ante las pantallas y realizar una correcta utilización de estas. Algunas de las estrategias para conseguir dichos objetivos son:

  • Decidir cuánto tiempo vas a jugar o te vas a conectar.
  • Planificar tu tiempo de estudio y tu tiempo libre.
  • Utilizar el móvil solo cuando sea necesario, no hablar por WhatsApp cuando vamos andando.
  • Priorizar hablar cara a cara con las personas que tienes al lado antes que por cualquier red social.
  • Realizar actividad física, actividades en la naturaleza y potenciar las actividades de ocio como el cine, visitas guiadas, …

Almudena Díaz Sánchez. Psicóloga General Sanitaria

¿Cómo funciona la motivación?

Qué es la motivación
La motivación es un proceso interno que se puede definir como la voluntad que
lleva a las personas para alcanzar objetivos o realizar acciones, de manera que
pone en marcha el comportamiento. El estudio de la motivación implica los procesos
que dan energía, implica que la conducta es relativamente intensa y persistente, y
dirección, implica que la conducta tiene un propósito que se dirige hacia el logro de
algún objeto o resultado, a la conducta.

Es útil el estudio de este proceso interno porque puede predecir resultados vitales
(como el bienestar y alcanzar metas), además de poder ayudarnos a saber cómo
mejorar nuestra vida y la de otras personas.

Origen de la motivación:
La motivación suele surgir por la percepción de una necesidad, por un objetivo a
lograr. Dependiendo de cómo sean los objetivos, metas o necesidades que
queremos complacer, existirán dos tipos diferentes de motivación:

Tipos de motivación: Extrínseca vs intrínseca
La motivación extrínseca surge dependiendo de un incentivo, una recompensa o
una consecuencia atractiva, independientemente de la actividad en sí. También
puede surgir de la voluntad de querer evitar consecuencias negativas o poco
atractivas.
Este tipo de motivación nos mueve por las consecuencias que tiene, por lo que es
externa a nosotros, manteniéndose por reforzadores o incentivos externos. En el
caso de que estos reforzadores desapareciesen, es probable que la actividad que
precede también lo haga.
Un ejemplo de la motivación extrínseca sería el salir a correr con el único objetivo de
perder peso para llegar “más delgado” al verano. En este caso la persona estaría
corriendo porque busca una recompensa de su actividad. En el momento que pare,
consiga su objetivo o llegue el verano, esta acción ya no le motivará, por lo que es
probable que deje de hacerlo.

La motivación intrínseca surge de manera espontánea de nuestros intereses, de
ejercer nuestras capacidades, de buscar desafíos o de nuestras necesidades
psicológicas, ya sea sentirse libre (o autonomía), sentirse eficiente (o competencia)
o sentirse afín (o afinidad). Las actividades que presentan una motivación intrínseca
nos parecen interesantes y divertidas, por lo que no pensamos realizarla por la
consecuencia como en la motivación extrínseca.
Esta motivación es más probable que mantenga la tarea por el placer que esta nos
provoca.

Un ejemplo de motivación intrínseca sería una persona que en su tiempo libre sale a
correr porque se siente bien, autónoma, realizada y feliz, sin pensar en una posible
recompensa como adelgazar. Además, cada vez que entrena, siente que puede

correr durante más tiempo, por lo que su placer aumenta y se siente satisfecha
consigo misma.

¿Qué es mejor, la motivación intrínseca o la
extrínseca?

Primero debemos aclarar que ningún tipo de motivación, ya sea la intrínseca o la
extrínseca, son “malas” en sí mismas, sino que dependerá de cómo de presentes
estén en la vida de cada persona y en el contexto de esta.

Como hemos visto anteriormente, la motivación extrínseca está impulsada desde el
exterior, ya sea por la fuerza del premio o por la fuerza de un posible castigo. En
estos casos, podemos ver incluso a sujetos haciendo algo que no les guste
simplemente por la recompensa, por ejemplo, alguien que hace un trabajo que no le
motiva solamente por la recompensa económica que acarrea. El gran inconveniente
de este tipo de motivación es que no puede satisfacer la necesidad de
autodeterminación.

Por esto, es necesario desarrollar y cambiar desde lo extrínseco a lo intrínseco, lo
cual se puede llevar a cabo haciendo que la persona alcance niveles de autonomía
en la tarea que realiza. Sin embargo esto no es tan fácil, ya que a la hora de realizar
actividades y ponerlas en marcha, la motivación extrínseca es necesaria, en muchas
situaciones, para empezar rutinas, especialmente en niños. Pero una vez iniciada e
incorporada la acción a la rutina sería mejor que se mantuviera con reforzadores
internos, ya que conservan más tiempo la motivación.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que no existe la motivación intrínseca “pura”,
ya que siempre está relacionada con los eventos que ocurren a nuestro alrededor,
por que en la práctica la persona y su ambiente están íntimamente relacionados.

¿Cómo promover este tipo de motivación?
Uno de los objetivos fundamentales en relación a pasar lo extrínseco a intrínseco es
centrarnos en satisfacer las necesidades de autodeterminación y autonomía.

Pensar en términos de “tengo que”, “debería hacer”, etc. nos lleva a sentirnos
presionados, agobiados y a sentir que estamos llenos de tareas impuestas. Aunque
se nos pague por estas acciones en el ámbito laboral, lo que promueve la
motivación extrínseca, puede que no sea bastante para hacer que nos sintamos
bien.

Tenemos que empezar a pensar en el “quiero”, cuando pensamos en lo que
queremos satisfacer nuestras necesidades de autonomía y autodeterminación,
reforzando así internamente nuestras conductas.

Obviamente, no en todas las situaciones vamos a poder aplicar este cambio de
perspectiva, pero sí puede ser útil reflexionar sobre el por qué hacemos las cosas y
cómo podemos cambiar aquellas que no nos hacen sentir bien y son modificables.

Fases del proceso motivacional
Según Reeve en 1994, el proceso motivacional tiene cuatro etapas:

  1. Fase de anticipación: Se generan las expectativas sobre la actividad que
    vayamos a realizar, tanto las negativas como las positivas, la satisfacción o
    motivo de la acción.
  2. Fase de activación y dirección: La necesidad de satisfacer la acción aumenta
    ante el estímulo señalado. En esta fase se decide qué comportamiento
    tendremos para poder lograr nuestro objetivo. Se planifican los pasos como
    acciones para conseguir la meta o el tiempo que llevará.
  3. Fase de conducta activa y retroalimentación del objetivo: Ponemos en
    marcha el plan de la fase 2 y comprobamos que los resultados que vamos
    obteniendo se acercan o alejan a la meta que queremos alcanzar. En el caso
    de que estemos alejándonos, podemos cambiar algunos pasos o el método
    para seguirlos.
  4. Fase de resultado: Última fase en la que ya hemos conseguido la meta que
    nos habíamos propuesto y, en consecuencia, disminuye la activación.

Mantener la motivación: Refuerzos
No siempre es posible ceñirse a una motivación específica. En muchos casos, las
motivaciones internas y externas ocurren al mismo tiempo.
Si iniciamos una actividad porque nos gusta, entonces la actividad en sí es
reforzante de sí misma: nos resulta agradable, y el hecho de que se mantenga, nos
satisface a nivel personal.
Sin embargo, si además obtenemos beneficios materiales o sociales, como
incentivos económicos, entonces la motivación hacia esa actividad se verá
reforzada por partida doble.

¿Cómo podríamos definir qué es un refuerzo? En términos generales podríamos
decir que un refuerzo es un objeto o una situación determinada que puede utilizarse
con la finalidad de rectificar o cambiar la conducta de la persona.
Según Skinner, en su Teoría del Reforzamiento, existen dos tipos de reforzadores:
los positivos y los negativos.

  1. Reforzadores positivos
    Los reforzadores positivos se refieren a todas las consecuencias que
    aparecen después de la conducta y que la gente piensa que son
    satisfactorias o beneficiosas. A través de estos reforzadores positivos o
    satisfactorios, se intenta aumentar la tasa de respuesta de una persona, es
    decir, aumentar la posibilidad de realizar acciones o repetirlas.
    Esto significa que los actos reforzados de manera positiva tendrán más
    probabilidades de repetirse puesto que van seguidos de gratificaciones,
    premios o recompensas percibidas como positivas por la persona que realiza
    la acción.
  2. Reforzadores negativos
    Contrariamente a la creencia popular, los reforzadores negativos no
    consisten en el castigo, si no al revés. El uso de reforzadores negativos

busca aumentar la tasa de respuesta de la conducta mediante la eliminación
de aquellas consecuencias que la persona considere negativas.
Por ejemplo, cuando un niño estudia y saca una buena nota en el examen,
sus padres le dejan no hacer las tareas de la casa o algo que le resulte
desagradable, de ese modo el niño estudiará más para el siguiente examen
para no volver a hacer esa actividad que no le gusta.

Lucía Coleto y Lucía Latorre

¿QUÉ ES LA ATENCIÓN TEMPRANA?

Cuando hablamos de Atención Temprana nos referimos a un conjunto de intervenciones dirigidas tanto a niños (de entre 0 y 6 años) que presentan algún trastorno en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlo, como a su familia y a su entorno, y son llevadas a cabo por un equipo multidisciplinar (psicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, etc.) de forma personalizada e individual.

Estas intervenciones tienen como objetivo principal dar respuesta lo antes posible a las necesidades transitorias o permanentes que presenta la población infantil mediante la aplicación de modelos de intervención con los siguientes principios:

  1. Se resalta la importancia de los intercambios socio – comunicativos del niño con su entorno.
  2. El niño es un aprendiz activo.
  3. Se enfatiza el aprendizaje en un contexto natural.
  4. Se recurre para la consecución de los objetivos actividades funcionales que tengan sentido para el niño y se inserten en las rutinas diarias.
  5. Los padres son agentes principales en la intervención.

De esta manera se pretende facilitar una adecuada maduración en todos los ámbitos y permitir alcanzar el máximo nivel de desarrollo personal e integración social introduciendo mecanismos necesarios de compensación, eliminación de barreras y adaptación de necesidades específicas para así reducir la aparición de posibles déficits secundarios asociados por un trastorno o situación de alto riesgo.

¿Qué se tiene en cuenta a la hora de recomendar y de intervenir de manera temprana?

Se estudia el desarrollo del niño/a en función de si su nivel de desarrollo en las diferentes esferas es el esperado o si, por el contrario, existen alteraciones en la motricidad gruesa, en el lenguaje, en lo relativo a la interacción social y otras que puedan requerir de necesidades educativas especiales. Igualmente, se interviene en aquellos casos en que, dándose alguna de estas u otras alteraciones madurativas, también existe riesgo de exclusión a nivel social, patologías como parálisis cerebral, autismo y otras alteraciones genéticas, muchas veces, relacionadas con un parto prematuro.

Como se sabe, los niños tienen un gran potencial de aprendizaje, porque se enriquecen de todo aquello que les estimula desde los diferentes sentidos y los niños con las necesidades de las que hablamos no son menos. Son capaces de recibir la estimulación que posibilite el aprendizaje de habilidades adaptativas, tomando como referencia sus cualidades y, a la larga, de fomentar el mayor grado posible de autonomía y de lograr la afirmación de su individualidad.

De manera obvia, el niño no nace con las capacidades que posteriormente adquiere, sino al igual que el resto de niños cuyo desarrollo se considera normativo es necesario intervenir no solo de manera individual mediante, por ejemplo, el juego, sino también involucrando a padres y madres, a su entorno e, incluso, a un nivel más social.

Para intervenir, se debe intentar conectar con el niño con una actividad o juego que le resulte atractivo y que pueda despertar su atención, y se le involucra en este de manera activa.

El carácter temprano de este tipo de intervención hace hincapié en la necesidad de que esta tenga lugar de la manera más precoz posible, es decir, reconociendo los primeros indicios y factores de riesgo que hagan pensar en la posibilidad de dar al niño una atención especializada y no esperar que lo haga solo con el tiempo, por ello se debe aprovechar desde un primer momento, la genuina plasticidad cerebral que se encuentra presente desde los 0 a los 6 años. Así, es necesario prevenir y educar sobre estas dificultades, y hacerlo siempre desde un punto de vista integrador, esperanzador y bajo la confianza de las potencialidades de cualquier niño.

Andrea Fontanet Psicóloga General Sanitaria

Patricia Martínez Psicóloga General Sanitaria

Carmen García Psicóloga General Sanitaria

En tiempos de Coronavirus

HACER FRENTE AL CONFINAMIENTO.

El fenómeno mundial que estamos viviendo actualmente con el COVID 19 ha requerido de medidas drásticas que han dado un giro exponencial a nuestro día a día. Con el confinamiento ha cambiado nuestro modo de vida y se nos ha planteado un desafío como sociedad, como familias y como personas. Se presenta un horizonte confuso e incierto ante una realidad que nos puede generar indefensión, miedo, rabia, impaciencia o ansiedad. Las circunstancias personales matizarán la experiencia de cada uno, y en algunos casos nos podemos encontrar con un panorama desolador: falta de recursos, pérdida del empleo, enfermedad o muerte…

En ningún momento hemos escogido esta realidad, pero sin embargo sí que tenemos un pequeño margen para actuar, podemos elegir cómo abordar la situación con las circunstancias que se nos imponen y hacer cosas que nos ayuden a gestionarla lo mejor posible.

Aquí van algunas:

1. Abrazar lo que sentimos.

Es natural sentir miedo, tristeza o ansiedad y nuestras emociones pueden ir variando a lo largo del día en función de los acontecimientos. Nos encontramos ante una situación estresante que ha provocado un cambio radical, está bien y es lícito sentir lo que sentimos. Tratemos de no compararnos con lo que vemos o escuchamos a través de las redes, la situación y vivencia de cada persona es ÚNICA E INTRASFERIBLE.

Así mismo, corremos el riesgo de intentar evitar o suprimir emociones que nos resultan incómodas y desagradables mediante la actividad frenética (deporte, cocina, cursos…); recordemos que es importante CONECTAR con nuestras emociones, ya que ellas nos van a dar la información de lo que necesitamos.  Permitirnos sentir nos da espacio para poder atendernos y cuidarnos mejor.

2. Establecer una rutina.

Disponemos de mucho tiempo y poca actividad en el día y podemos caer en la tentación de no seguir horarios ni rutinas. ERROR. Es necesario introducir pautas para que nuestro cuerpo se active y siga unos ritmos, ya que facilita que nos encontremos mejor y proporciona sensación de bienestar. Levantarnos a una hora determinada, cuidar nuestro aseo, realizar ingestas regulares y ejercicio físico o buscar tareas o actividades en las que podemos invertir nuestro tiempo (ganchillo, manualidades, estudio, etc) beneficiará a nuestra salud física y mental.

3. Cuidar lo que pensamos.

De la misma manera que tratamos de cuidar y ejercitar nuestro cuerpo para evitar su desgaste y deterioro hemos de ocuparnos también de hacer lo correspondiente con nuestra mente. Estamos pasando mucho tiempo con nosotros mismos, posiblemente más del que estemos acostumbrados o con el que nos sintamos cómodos. Esto implica que nuestros pensamientos también pueden aparecer con más frecuencia e intensidad, y si estos tienen una connotación negativa o forman parte de un discurso dañino incrementará nuestro malestar. La situación ya es difícil de por sí y hablarnos mal no nos lo pone fácil. Tratemos de ayudarnos activando una voz interna más compasiva con nosotros mismos que contrarreste a este tipo de pensamientos.

A su vez, debemos recordar que está bien dedicar tiempo a lo que nos preocupa o es importante para nosotros, sin embargo, no hay que caer en el error de estar continuamente haciéndolo ya que esto tendrá la función de incrementar el malestar que sentimos y nos adentraríamos en un círculo vicioso. Dedicar menos tiempo a pensar un tema en concreto y más tiempo a otros pensamientos menos catastrofistas o actividades que nos nutran tanto física como mentalmente aumentará nuestro bienestar.

4. Filtrar la información.

El tipo y la cantidad de información que recibimos de los medios de comunicación es importante. Escoge informarte a través de fuentes fiables y evita actualizarla constantemente, ya que cuanto más expuestos estemos o más tiempo invirtamos en ello, ocurrirá lo mismo que con lo que pensamos, generaremos mayor malestar en nosotros mismos y tendremos la falsa sensación de necesitar aún más información.

5. Vincularnos.

El aislamiento que nos aleja de las personas a las que queremos y la preocupación por su bienestar nos puede conectar con la impotencia o el miedo. La distancia social y la falta de contacto físico también pude hacernos sentir soledad tristeza o sensación de vacío. Pero a pesar de que no podemos vernos ni tocarnos, hay otras vías de comunicación que pueden aliviar estas emociones y hacernos sentir conectados.

Podemos buscar un momento en el día para hablar con aquellas personas a las que nos sentimos unidos, ya sea por Skype, por teléfono o por cualquier Red social. Del mismo modo, en la convivencia hay roces, y pueden darse o incrementarse conflictos o desencuentros en los hogares. Buscar tiempo de calidad en el que compartir momentos íntimos o actividades juntos puede estrechar la relación y dar lugar a un espacio común que quizás antes se desatendía.

5. Realizar actividades que nos nutran.

Cuántas veces hemos deseado empezar a leer ese libro que tenemos en la estantería, tocar ese instrumento que nos llama la atención, pintar con más frecuencia…pero “no tengo tiempo”. Es la oportunidad perfecta para iniciar, retomar o perfeccionar aquello que nos hace ilusión, nos despierta y desarrolla la creatividad, nos permite fluir o nos hace sentir placer.

Carmen García y Patricia Martinez

Psicólogas sanitarias.

SUPERA LA TEMIDA CUESTA DE ENERO

Las fechas Navideñas para muchas personas suponen un momento de desconexión, empiezan las vacaciones, celebraciones, adornos, luces… Pero, terminamos y empezamos año y con ello nos enfrentamos a la temida cuesta de Enero, el momento de volver al trabajo y a nuestra rutina.  La cuesta de enero no solo afecta a la economía familiar, sino a la salud mental de muchas personas, ya que en esta época puede haber un incremento de síntomas ansioso, irritabilidad, desánimo, falta de energía, cansancio, etc.

¿Qué podemos hacer?  ¿Cómo podemos enfrentarnos a esta situación incómoda?

1. Sin cambios bruscos. No sacrifiques tus momentos agradables y de ocio. Pasamos de una época de reuniones familiares, estar con amigos y tener tiempo libre, a centrarnos únicamente en el trabajo. Sí, terminaron las vacaciones, pero también es importante dedicarnos tiempo a nosotros mismos para ser productivos en nuestras responsabilidades. Vamos a mantener en equilibrio el área laboral, personal y social para ello, tenemos que dedicar tiempo a cada una de ellas.

2. Alimentación. Importante recuperar una alimentación saludable y realizar rutinas de ejercicio, para reducir los niveles de ansiedad que se pueden manifestar durante el primer mes del año.

3. Activa tu motivación.  ¿Cómo puedes hacerlo?

Plantéate objetivos a corto plazo, que quieras y puedas conseguir en unas semanas. No te conformes con objetivos muy sencillos, márcate un reto alcanzable pero no te olvides que para ello tienes que esforzarte, así conseguirás aumentar tu motivación.  Si tus objetivos son a largo plazo, dividirlos en objetivos más pequeños es la mejor opción para ir escalando la montaña hasta llegar a la cima (tu objetivo final).

Reflexiona  acerca de estas preguntas, para marcar tus objetivos:

consejos para superar la cuesta de enero con éxito
Ruta guiada siguiendo las preguntas
  • ¿Cuál es la probabilidad de conseguir ese objetivo?¿Es un objetivo que te implica a ti? (Los objetivos deben ser individuales, que puedas conseguirlos por ti mismo)
  • ¿Qué pasos vas a seguir para conseguirlo?
  • ¿Cuánto tiempo necesitas para conseguirlo?
  • ¿Qué supondrá para ti alcanzarlo?
  • ¿Cómo te vas a premiar si lo consigues? 

Sin embargo, en determinadas situaciones durante estas fechas pueden aparecer sentimientos de nostalgia debido a, la falta de seres queridos, y pude que esta sensación se enquiste o se acentúe más e incluso pueda ser pasajero. Para ello, tenemos que identificar en qué punto nos encontramos.  

El fin y el comienzo del nuevo año  es un punto de reflexión para hacer balance de lo conseguido a lo largo del año. Si este balance es desfavorable y lo que sentimos es frustración y desánimo, probablemente los puntos anteriores te cueste llevarlos a la práctica y puede que haya situaciones que no sepas cómo gestionarlas. Si nada de esto funciona, y ves que no consigues avanzar, ¡Para!, para salir del pozo, primero tenemos que dejar de cavar. 

Hazte la pregunta ¿Necesitas ayuda para seguir avanzando?

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Enero  es el mes dónde más ayuda psicológica se busca. Es una época donde nos damos cuenta de los problemas que tenemos y necesitamos superarlos, pero no sabemos cómo hacerlo. Incluso nos damos cuenta que estamos arrastrándolo durante mucho tiempo, que es más visible y molesto. Pedir ayuda psicológica es otra forma diferente de enfrentarnos y aprender cómo gestionar lo que no que sentimos.

Psicóloga – Judiht López

CV14476

Compras de Navidad

¿Realmente necesitamos todo lo que compramos en Navidad?, ¿Nos sentamos a ver cuánto dinero nos hemos dejado el 7 de enero, entre regalos y comidas?

La Navidad, es la época del año donde abunda la decoración típica, las calles, negocios, las casas se llenan de papás noeles, árboles, belenes, luces, villancicos.

Las tiendas decoran sus escaparates poniendo luces, alfombras rojas, sacan sus mejores artículos y es por ello por lo que no nos podemos resistir a entrar, aunque pensemos que solo será a mirar. Una vez dentro ya voy cogiendo cosas que creo que les hacen falta a esas personas que quiero regalar y salgo de la tienda comprando una gran cantidad de artículos que realmente ni los tenía en mente,ni son necesarios.

Esto no solo ocurre en tiendas físicas, las compras online han aumentado el consumismo, ya que es fácil, rápido y no hay que hacer las grandes colas de los comercios. Las compras online generan mayor riesgo de realizar una compra compulsiva, porque se realizan con un clic y como no veo dinero en efectivo no voy siendo consciente de todo lo que estoy gastando.

Los grandes centros comerciales utilizan las campañas de televisión para sensibilizar a los telespectadores, con mensajes y canciones que saben que son emotivos, donde se ven gran cantidad de regalos, abrazos, cenas con sonrisas.

¿Pero cómo saber cuándo una compra se vuelve compulsiva? Cuando esta carece de control de impulsos así como por preocupaciones excesivas relacionadas con las compras y por la necesidad irresistible de comprar de forma masiva objetos superfluos, acompañados de sentimientos de ansiedad, irritabilidad o malestar.

Con todo ello convierto las compras en una necesidad, donde pienso que nadie se puede quedar sin su regalo debajo del árbol, porque puede sentarle mal a esa persona, puede enfadarse si no ve regalo, o puede sentirse desplazado. Pero estos son pensamientos irracionales que surgen por la presión social que existe de tener que regalar, ya que si no regalo surge el sentimiento de culpa, el cual me genera mucho malestar y para calmar esta sensación ,me surge la necesidad de comprar.

Las recomendaciones que os hacemos desde Danaus para no realizar compras compulsivas en la Navidad, son las siguientes:

1. Ver del dinero que dispongo en mi cuenta y a partir de ahí realizar un gasto ajustado a mi economía.

2. Hacer una lista en casa de las personas a las que les tengo que regalar

3. Escribir un regalo que sé que a esa persona le haría ilusión, no mirar si es caro o es el mejor.

4. Si en la familia sois muchos, lo mejor es hacer un amigo invisible con un presupuesto determinado y así nadie se queda sin regalo y ayudo a reducir el gasto económico que tendría regalar uno a uno.

5. Ir directamente a la tienda a por ese regalo y no dejarme influenciar por campañas emotivas.

6. No siempre el regalo material es el mejor, muchas veces manualidades o pequeños detalles gustan más a la persona.

Desde centro de Psicología y Logopedia Danaus, os deseamos unas felices fiestas y un consumo controlado.

“No es más rico quien más tiene sino el que menos necesita” Buda Gautama.

Psicóloga -Alba Pons.

CV14908

Identifica si tu hijo/a presenta dificultades para aprender.

El proceso de aprendizaje es gradual y acumulativo. Es gradual porque, cada día el niño conoce un poco el mundo, al conocer sectores de las áreas del conocimiento. Es acumulativo porque cada nuevo conocimiento va dando forma y significado al anterior. El dominio de un sector de un conocimiento o de una habilidad capacita al niño para el siguiente aprendizaje. Es decir, cada segmento de aprendizaje es un pre-requisito que dispone y potencia al niño para otro nuevo aprendizaje.

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Dificultades de aprendizaje (DA) es un término general que hace referencia a un grupo de alteraciones que se manifiestan en dificultades en la adquisición y uso de habilidades de escucha, habla, lectura, escritura, razonamiento o habilidades matemáticas. Las DA tienen repercusión en una o más áreas del aprendizaje: lectura, escritura o cálculo.

Las dificultades específicas referidas al lenguaje y al cálculo han sido consideradas como dislexia, dislalia, digrafía, disortografía y discalculia.

  • DISLEXIA: Se presenta cuando existe una dificultad en la lectura caracterizada por la inhabilidad para entender lo leído en voz alta o mentalmente. Aunque la dificultad es la comprensión de lectura, en la dislexia ocurren fenómenos observables en los cuales el lector repite, omite, invierte, agrega o sustituye sonidos de letras, sílabas, palabras.

Un niño puede presentar una combinación de dificultades o presentar una dislexia específica. Por ejemplo, presenta inversiones como Grabiel por Gabriel; estógamo por estómago.

  • DISLALIA: Se refiere a una dificultad para pronunciarse, el niño manifiesta una pronunciación defectuosa.
  • DISGRAFÍA: Inhabilidad para expresar ideas o pensamientos por medio de la escritura o por símbolos escritos debido a una pequeña lesión cerebral. AGRAFÍA. Es un tipo especial de afasia o pérdida de la memoria para comunicarse por medio de la escritura de letras, sílabas, palabras o frases. Puede ser debida a una lesión cerebral ya sea adquirida por factores genéticos.
  • DISORTOGRAFÍA. Dificulta para escribir correctamente una palabra, esto es, hay falta de discriminación de símbolos gráficos más una falta de atención para colocar las letras correctas en una palabra.
  • DISCALCULIA. Es la dificultad específica que presenta el niño para desarrollar cálculos y operaciones matemáticas como contar (sumar, restar), multiplicar, dividir y resolver problemas matemáticos que impliquen esta habilidades intelectuales.

Si has notado alguna de éstas cosas, cabe la posibilidad que tus hijos presenten algún tipo de dificultad del aprendizaje.

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Tratamiento para las Dificultades del Aprendizaje.

El tratamiento que ofrezco se basa en intervenciones funcionales a través de ejercicios  que más convengan a cada niño y niña.

  • Trabajaremos aspectos sensoriales para mejorar el aprendizaje de las Letras.
  • Trabajaremos con padres y madres para que podáis entender y tratar las dificultades de vuestros hijos/as.
  • Evaluaremos si existen dificultades emocionales que influyen en el proceso de aprendizaje.

Psicóloga – Judiht López

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¿Problemas con las sustancias?

Por sustancias, se entienden todas aquellas que cuando las introduzco en mi organismo, se produce un cambio en este. El cambio siempre es perjudicial, ya que afectan a mi forma de pensar, caminar, hablar, incluso alteran la mi percepción de la realidad. Todas ellas pueden agravar estados de ansiedad, depresión, fobias, otros trastornos mentales.

Hoy en día existen muchos tipos de sustancias, desde el alcohol, tabaco, benzodiacepinas (estas tres son conocidas como legales), hasta la cocaína, heroína, speed, marihuana .

Las drogas legales son conocidas como socialmente aceptables, se ven consumir en terrazas, calles, fiestas, pero igualmente están generando un problema en mi vida, ya que consumirlas conlleva grandes riesgos para mi salud.

Una adicción se establece cuando;

  • Una persona necesita la sustancia cada vez en mayor cantidad o en un período de tiempo más largo de lo que se pretendía a este proceso se le conoce con el nombre de dependencia.
  •  Cuando existe un deseo persistente por consumir la sustancia y no se puede resistir a este deseo.
  •  Cuando una gran parte del tiempo se emplea en actividades para consumir la sustancia, incumplimiento de obligaciones laborales, sociales, escolares.
  •  Se continua a pesar de tener conciencia del problema y de saber las consecuencias que se están produciendo.
  •  Se oculta en consumo por el miedo a ser pillado, generando continuas mentiras a las familias, amigos., desatención de los cuidados de aseo básicos, desatención del hogar,

Con todo ello se produce un deterioro del control, deterioro social, existe un riesgo para la persona.

 Fases de la enfermedad

La adicción cumple con un ciclo progresivo donde la persona avanza por varios estadios, comenzando por la precontemplación, donde no se tiene conciencia de enfermedad, a continuación por la contemplación donde se plantea un cambio en los próximos meses/semanas, tras ese estadio pasamos a la preparación para la acción, donde nos disponemos en búsqueda de ayuda psicológica y en consecución a la acción, donde realizó el proceso de abstinencia, completándolo con el mantenimiento.

¿Por qué yo?

La adicción es un proceso que se adquiere por diversos motivos, existen factores biológicos, psicológicos y sociales que contribuyen a que se necesite una sustancia para calmar mis emociones, pensamientos, o mis problemas.  Por lo que no existe un único motivo por el que una persona se haga adicta.

¿Cómo resolverlo?

  1. Lo primero darse cuenta de que la sustancia está controlando mi vida
  2. Tomar conciencia de que paso más tiempo bajo los efectos de la sustancia que sin ella.
  3. Si no creo que sea una persona adicta, es conveniente realizar un registro de cantidad de sustancia, para ver cuando me encuentre en abstinencia ( sin consumir) de cuanto es mi consumo
  4. Contárselo a alguien de confianza para que nos ayude a buscar un centro psicológico para trabajar mi adicción

Alba Pons. Psicóloga especialista en adicciones.

MotivARTE

La palabra Motivación es resultado de la combinación de los vocablos latinos motus (traducido como “movido”) y motio (que significa “movimiento”). A juzgar por el sentido que se le atribuye al concepto desde el campo de la psicología y de la filosofía, una motivación se basa en aquellas cosas que impulsan a un individuo a llevar a cabo ciertas acciones y a mantener firme su conducta hasta lograr cumplir todos los objetivos planteados. La noción, además, está asociada a la voluntad y al interés.

En otras palabras, puede definirse a la motivación como la voluntad que estimula a hacer un esfuerzo con el propósito de alcanzar ciertas metas.

Parecerá, visto desde esta perspectiva, que lo único que debemos hacer para alcanzar nuestros objetivos sea proponernos esas metas y emplear el esfuerzo necesario para realizarlo. En algunos casos estos ingredientes son suficientes para cumplir el propósito, pero ¿qué ocurre en los casos en los que no lo es?.

Las explicaciones vienen de la mano de la definición anteriormente mencionada, en la que la persona busca el movimiento, la acción, el esfuerzo en definitiva para tratar de cumplir con sus ideales, puede tratarse de una inadecuada definición de éstos objetivos, quizá sean poco realistas, irrealizables tal vez, o bien requieren de mayores dosis de esfuerzo al que se viene empleando.

Generar esa energía motivacional de la nada, requiere un aprendizaje, un conocerse en el amplio espectro de la persona, sabiendo dónde van a estar nuestros picos de atención y de motivación, qué acciones requieren de mayores dosis de autorefuerzo para poder llevarlas a cabo.

Cabe resaltar que la motivación implica la existencia de alguna necesidad, ya sea absoluta, relativa, de placer o de lujo. Cuando alguien está motivado, considera que aquello que lo entusiasma es imprescindible o conveniente. Por lo tanto, la motivación es el lazo que hace posible una acción en pos de satisfacer una necesidad.

En relación precisamente a cómo la necesidad influye en la motivación es interesante recalcar que existe una teoría clásica, la de la jerarquía de necesidades de Maslow, que precisamente deja patente cómo existe una estructura piramidal de aquellas que son las que contribuyen de la mejor manera a motivar a una persona en cuestión.

Dentro de esas necesidades se encuentra la Necesidad de Autoestima, la salud de la misma se ve afectada por la imagen que tengamos de nuestro propio desempeño, y de la capacidad de generar los esfuerzos necesarios para alcanzar nuestros sueños.

Para crear en cada momento la energía motivacional suficiente es importante nuestro Diálogo Interno, los mensajes que nos decimos en todo momento sobre lo que hacemos y sobre lo que somos. Cambiar los “deberías” por los “me gustaría”, es una buena manera de empezar.

También es importante darse cuenta que muchas veces para que experimentemos esa motivación se debe empezar “haciendo”, porque en la mayoría de los casos sólo nos reforzará el esfuerzo realizado.