Somos pareja ¿jugamos en equipo?

Se termina el verano y las vacaciones para muchos,  empieza con esto  una vuelta a las rutinas de trabajo/estudio que por poco o mucho siempre cuestan de retomar. Además , existen otros “riesgos” (y no sólo la consabida ganancia de los fastidiosos “quilillos de más”) que conviene tener en cuenta;

Se trata de cómo afectan los cambios de estas rutinas a nuestras vidas dentro de la pareja, de hecho se suele producir un repunte en las demandas de tratamiento de pareja en fechas posteriores al estío, y no es casualidad. Este aumento se produce, entre otras cosas, porque suelen existir detonantes en mayor proporción que hacen que una pareja, para la que ya previamente existían dinámicas disfuncionales, exploten y sientan que “no pueden más”. Se tiende a pensar que es precisamente lo contrario lo que ocurre, que es el momento vacacional en el que estamos más relajados y más ajenos a la vorágine estresante del trabajo, los niños, la escuela, etc., y si bien a veces eso es cierto, en aquéllas parejas que no suelen tener tiempo en común de calidad o buena comunicación, el hecho de enfrentarse a pasar tiempo juntos les puede suponer todo un desafío.

terapia pareja

Para evitar llegar a estas situaciones y aprovechar las vacaciones para disfrutar y aprender un poco más de nosotros y de nuestras parejas os damos algunas pautas que pueden ayudaros a funcionar (también durante el resto del año) mejor como equipo y evitar que salgáis al partido en bandos rivales:

  • Comunicación funcional: en todo buen equipo se debe dar una adecuada negociación que permita acercar posturas diferentes y encontrar una vía intermedia que beneficie a vuestra relación. Para ello conviene evitar reproches que hagan referencia a situaciones pasadas, que más que solucionar empeoran la disposición y colocan a nuestra pareja en una movilización defensiva. Centraos en la situación presente a la hora de resolver cualquier conflicto, es preferible que se intente explicar el punto de vista personal del problema con la propuesta de solución a que únicamente nos centremos en lo que va mal. Escucha activa y empática, esto quiere decir que no nos obsesionemos en intentar demostrar al otro que tenemos razón y el/ella está equivocado/a y nos paremos a escuchar lo que tiene que decirnos intentando entender y poniéndonos en la medida de lo posible en su lugar. Tened en cuenta que cada vez que superáis una dificultad juntos crecéis como personas y como pareja.
  • Tiempo de calidad juntos: esto quiere decir que no se trata de cohabitar en un mismo espacio y con eso ya es suficiente, pongamos un poco de imaginación a la relación para pensar juntos o por separado planes para hacer o proyectos que os ilusionen y que os unan en una misma actividad de disfrute. No es necesario que se hagan grandes viajes o expediciones arriesgadas, el día a día está lleno de oportunidades para encontrar aquello que nos motive y nos saque de la mortal rutina. Si no tomamos caminos nuevos es difícil que nos pasen cosas nuevas.
  • ¿Qué puedo hacer hoy para sorprender a mi pareja?: es un ejercicio que muchas veces hago hacer a las parejas que acuden a consulta en busca de ayuda, estamos tan inmersos en las responsabilidades y en los problemas (que tantas veces nos causamos nosotros mismos) que dedicamos poco o ningún tiempo a intentar agradar a la persona con la que decidimos estar. Se nos olvida que si la cuenta bancaria de afectos y refuerzos está en números rojos cuando llegue el momento de hacer frente a una crisis no tendremos liquidez para afrontarlos, por ese motivo cuanto más le digamos a nuestra pareja que la queremos, cuantas más sorpresas agradables le demos, cuantas más muestras de cariño le brindemos, tanto más saneada estará nuestra cuenta afectiva y podremos hacer frente a las crisis (sean del exterior o del interior de la pareja) con mejores activos.

Éstas son solo algunas pautas generales que os pueden venir bien aplicarlas en vuestro día a día, no obstante, cada pareja es diferente y si detectáis dinámicas negativas que no estáis siendo capaces de cambiar, no lo dudéis y pedid asesoramiento a un especialista en terapia de pareja.

Raúl Castelló

Psicólogo Clínico CV09358