¿AMOR ROMÁNTICO?

Desde la infancia somos bombardeados con una gran cantidad de creencias y mitos de los más diversos temas que vamos incorporando y aprendiendo y que van influyendo en cómo entendemos el mundo; siendo uno ellos el que coloquialmente se conoce como “amor romántico”.

Pero entonces la pregunta sería ¿a qué nos referimos con este tipo de amor?

A pesar de que se suelen obtener respuestas a esta pregunta del tipo “es un amor que lo puede todo” o “esa clase de amor que solo se encuentra una vez en la vida”; la realidad, es que se trata de una construcción social que afianza en la sociedad un “ideal romántico” y que favorece la continuidad de ciertos roles asociados a ambos géneros.

La base de esta construcción está recogida en una serie de pilares que se conocen por mitos del amor romántico. Estos mitos hacen referencia a una serie de creencias e ideas socialmente compartidas, las cuales establecen lo que “es realmente enamorarse” y los comportamientos que son “aceptables” o no en este tipo de relaciones. Pero de hecho estos son engañosos, irracionales y problemáticos.

Y es que el problema radica en la peligrosidad de aceptar y normalizar todas esas ideas, creencias y pensamientos, puesto que crean unas altas expectativas respecto a las relaciones de pareja, a cómo deben ser estas y a la posible necesidad que crece en la persona de alcanzar esos ideales; pudiendo derivar en sentimientos de insatisfacción, frustración y sobre todo de mucho sufrimiento con uno mismo. Además, pueden llevar a sentimientos de exclusión por no conseguirlo.

Asimismo, todas esas creencias fomentan, por un lado, una serie de conductas para tratar de alcanzar ese tipo de amor por ejemplo tratando de encajar físicamente, etc. Y, por otro lado, la aceptación de algunas conductas que validan cómo en el caso de las que pueden aparecen por la creencia del mito de los celos como un signo de amor.

Y es que, a pesar de que según algunos estudios hay un total de 19 mitos en torno al amor romántico divididos en cuatro grupos, hay algunos más extendidos en la sociedad como son el mito de la “media naranja”, el de los celos, el de que el amor todo lo puede o que los polos opuestos de atraen.

A todo esto, debe sumarse la comercialización que se lleva a cabo a través de los medios de comunicación y las redes sociales, que bombardean con “tips” para ligar, para saber si le gustas, para saber si has encontrado a tu media naranja entre otros tantos, que siguen fomentando estas creencias y perjudicando la eliminación de estas a favor de relaciones más sanas y donde no se generen tanta carga de emociones negativas.
Psicóloga Sanitaria –  Irene Calvo Pérez 

Celos: del interés a la obsesión

En torno a la cuestión de la función que para la pareja tienen los celos, se establecen diferentes argumentos a favor y en contra. No es extraño escuchar en cualquier conversación proclamas que defienden unas y otras posturas. “Ser celoso significa que quiero a mi pareja”, “si es celosa es que no se fía de mi”, etc. En eso radica el delicado equilibrio que deja entrever nuestro título “Celos, del Interés a la Obsesión” dependiendo de diversas variables personales (esquemas, ideas irracionales, vulnerabilidad psicológica hacia la dependencia emocional, experiencias….) nos colocaremos hacia un lado u otro de la balanza. Cuando Lucía acudió a consulta por primera vez lo hacía para que le ayudáramos a tomar lo que para ella era “la decisión correcta” sobre si dejar o no a su novio. Existían numerosas quejas sobre el comportamiento de su pareja, conductas que para ella reflejaban, prácticamente, sin lugar a dudas, que le estaba siendo infiel. Sometía a su pareja a continuos interrogatorios y comprobaciones que lejos de tranquilizar producían un aumento de sus miedos y conductas aseguradoras. Ya en esos primeros momentos de la evaluación  nos dimos cuenta que había numerosos pensamientos obsesivos e irracionalidades que impelían  a Lucía a ir aumentando cada vez más el circulo de supervisión con respecto a su novio. Todo esto nos  indicaba la presencia de  celos patológicos (celotipia) que poco a poco habían ido condicionando todos los aspectos de su vida y la de su pareja. Afortunadamente no en todos los casos en los que están presentes los celos se desarrollan patologías.

 

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